Se exhortar a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, para que en la designación del Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, considere en los aspirantes propuestos por diversas organizaciones y entidades. - LIX Legislatura (Sep 2007 - Sep 2010)
ACUERDO # 125
LA HONORABLE QUINCUAGÉSIMA NOVENA LEGISLATURA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE ZACATECAS.
RESULTANDO ÚNICO.- En Sesión del Pleno de fecha 3 de noviembre de 2009, se dio lectura a la Iniciativa de Punto de Acuerdo que presentó el Diputado Guillermo Huízar Carranza, integrante de la H. Quincuagésima Novena Legislatura del Estado, en ejercicio de las facultades que le confieren los artículos 17 fracción I, 24 fracción XIII y 25 fracción I, de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado, presentó Iniciativa de Punto de Acuerdo para exhortar a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, para que en la designación del Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, considere en los aspirantes propuestos por diversas organizaciones y entidades, perfil académico, capacidad, conocimiento y trayectoria profesional, desempeño e imagen pública, honestidad, prestigio e imparcialidad, que permita la reivindicación de esta institución eminentemente ciudadana.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
PRIMERO.- Los derechos públicos subjetivos consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los que se plasman los derechos humanos fundamentales a la vida, libertad, justicia, igualdad, entre otros, deben ser conocidos y difundidos, respetados y salvaguardados, ampliados y reconocidos sin distinción de credo, religión, raza, ideología, preferencia sexual, capacidad y edad, por las instituciones del Estado Mexicano en sus tres niveles de gobierno y sus distintas esferas de autoridad, así como por aquellas que por virtud de tratados, convenios y convenciones internacionales, México ha suscrito o en lo futuro suscriba con este propósito y fin.
Es indispensable, que estos derechos humanos se aparten completamente de todo acto de arbitrariedad, comercio, negociación, discrecionalidad o subjetividad de las autoridades, como también es fundamental evitar que las garantías individuales y sociales que conceden nuestra Carta Fundamental a los mexicanos, puedan ser utilizadas como pretexto, escudo u objeto de manipulación, para evadir o desnaturalizar una obligación o para encubrir conductas ilícitas para satisfacer intereses personales, de protagonismo de quien transitoriamente preside una Comisión, para aprovecharse o medrar políticamente de una presidencia, de una visitaduría o de una posición administrativa dentro de la misma.
SEGUNDO.- Pareciera que por el solo hecho de que los derechos humanos se encuentren reconocidos en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, resulte innecesaria o redundante la creación de instituciones defensoras de los derechos humanos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos o las Comisiones Estatales de Derechos Humanos de las Entidades Federativas; sin embargo, es una realidad que no se puede ocultar, que la cultura de observancia y cumplimiento de la ley, no se encuentra plenamente desarrollada en nuestro país, y que algunas autoridades consideran que su reconocimiento es un acto de buena fe o de una buena intención.
Se equivocan quienes opinan que estas “imperfecciones” son defectos de la ley; la fragilidad de una formación educativa y en los valores reconocidos por nuestra sociedad, es lo que provoca que “necesitemos” instituciones para “blindar”, de la arbitrariedad y el abuso de algunas instituciones y, mejor dicho, de quienes las representan, coordinan o dirigen.
Por eso como sociedad debemos dar ese paso, esto es, trascender a una auténtica ciudadanización para apartar de la tentación mediática y política, a quienes hasta ahora las han utilizado para desviar la atención, para ocultar o para generar impunidades.
Existen reclamos sociales que la institución nacional y estatal de derechos humanos, se han vuelto más proclives hacia la defensa de quien delinque, que a quienes resultan víctimas de una violación constitucional, legal y reglamentaria.
TERCERO.- Se coincide por tanto con quienes desde los medios de comunicación, desde las organizaciones civiles no gubernamentales, consideran que la evaluación técnica y la valoración jurídica, debe complementarse con una evaluación filosófica, de forma de vida y de trayectoria personal, de quienes hoy aspiran y que pudieran llegar a presidir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
En México el Ombudsman, tiene ante si dos retos esenciales; el primero, convertirse en un auténtico defensor de los derechos fundamentales del hombre, para denunciar abusos, injusticias, corrupción del sistema de justicia, arbitrariedades o ilegales o, incluso de políticas generales de autoritarismo de parte de los órganos de gobierno y judiciales; el otro, evitar sumergirse en inercias de señalamientos superficiales, intrascendentes e inocuas, legitimando incluso actos de autoridad lesivos de los derechos humanos, para proteger la ilegalidad y la corrupción.
Resultará relevante que el Ombudsman inicie una nueva etapa de los Derechos Humanos en México, posicionándose a favor de la población, en temas que tienen un sentido político, ético, jurídico, práctico y económico, de forma permanente o coyuntural. Temas de alta complejidad cuya solución no se ha dado en décadas y que por la exigencia actual de los ciudadanos deberá encontrarse, como es el caso, por ejemplo, de la creciente militarización, medios de comunicación y gobernabilidad.
Es evidente que el desafío es importante y por lo mismo se requiere impulsar un procedimiento de selección y designación sumamente cuidado, porque nos enfrentaremos como sociedad, a una época de suyo difícil en lo económico y en lo político; existen diferencias profundas entre los actores políticos que hoy toman las decisiones de un país que parece fragmentado, fraccionados, deteriorado y complejo, en donde las soluciones no deberán ser discursivas, sino pragmáticas, con seriedad, responsabilidad y dentro de la ley.
Los Senadores de la República tienen, mas allá de un interés partidista para “colocar” a sus cuadros o a sus intereses dentro de la Comisión, apelar a su compromiso con los mexicanos y con la nación, porque esta no es una cuestión de “cuotas” de partido, como tampoco de intereses o conveniencias de coyuntura, sino de la integración de una Comisión Nacional de Derechos Humanos, que se encontrará con una agenda política y económica nacional e internacional, que de inmediato habrá de dar cuenta de lo “que está hecho”.
CUARTO.- A doscientos años del nacimiento de la institución del Ombudsman en el mundo, los avances en la cultura del respeto de los derechos humanos presenta sin duda avances; empero nuestra sociedad nos ha hecho un emplazamiento que no podemos eludir, o atendemos la demanda ciudadana, mandando un mensaje claro y contundente de respeto y salvaguarda a las garantías individuales, o por el contrario, continuamos con el tortuoso camino de la burocracia, del engaño y de la simulación, para que en otros “doscientos años”, la humanidad y los mexicanos se den cuenta de la necesidad de que las autoridades protejan los derechos humanos.
En México este año se cumplirán diez, de que la CNDH se transformó en un organismo constitucional autónomo. El carácter autónomo, apartidista, laico y republicano, en opinión de José Luis Soberanes Fernández, ha distinguido el funcionamiento y las resoluciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, siempre con la orientación de apoyar a quienes han sido afectados en su dignidad como personas, por cualquier forma de abuso del poder y esperan un acto restitutorio de sus derechos; sin embargo la sociedad opina diferente y aún cuando la presidencia de esta Comisión Nacional, siempre generará polémica en sus posicionamientos y recomendaciones, se tiene la percepción social de una institución débil, temerosa y frágil frente al abuso y arbitrariedad de la autoridad.
QUINTO.- La agenda de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos deberá integrar los temas del derecho a la salud, los derechos de los migrantes, los derechos de las víctimas del delito y de personas detenidas, el derecho a una educación de calidad, los derechos a vivir en una comunidad ecológicamente limpia y sustentable, el derecho al agua, los derechos a la diversidad y preferencia sexual, los derechos frente a los riesgos tecnológicos, entre otros de no menor calibre, de ahí la importancia de que el futuro presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sea una persona, no fuera de lo común u ordinario, sino excepcional por su formación y compromiso social con las garantías individuales y sociales de los mexicanos.
Por lo anteriormente expuesto y con fundamento además en los artículos 105 y relativos del Reglamento General del Poder Legislativo del Estado, es de acordarse y se acuerda:
ÚNICO.- La H. Quincuagésima Novena Legislatura del Estado Libre y Soberano de Zacatecas,exhorta, de manera respetuosa, a la Cámara de Senadores del Honorable Congreso del Unión para que en la designación del Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, considere en los aspirantes propuestos por diversas organizaciones y entidades, perfil académico, capacidad, conocimiento y trayectoria profesional,desempeño e imagen pública, honestidad, prestigio e imparcialidad, que permita la reivindicación de esta institución eminentemente ciudadana.
Dado en la Sala de Sesiones de la Quincuagésima Novena Legislatura del Estado, a los tres días del mes noviembre del año dos mil nueve.
PRESIDENTA
DIP. MARÍA HILDA RAMOS MARTÍNEZ
SECRETARIO
DIP. FELICIANO MONREAL SOLÍS
SECRETARIO
DIP. CLEMENTE VELÁZQUEZ MEDELLÍN
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