Esta H. LIX Legislatura, exhorta al Ejecutivo Federal a que cancele el Acuerdo por el que se da a conocer el mecanismo de asignación para importar 100 mil toneladas de frijol exentas de pago de aranceles del país. - LIX Legislatura (Sep 2007 - Sep 2010)
ACUERDO # 77
LA HONORABLE QUINCUAGÉSIMA NOVENA LEGISLATURA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE ZACATECAS.
RESULTANDO PRIMERO.- En Sesión del Pleno de fecha 19 de junio de 2008, se dio lectura a la Iniciativa de Punto de Acuerdo que con fundamento en los artículos 64 y 65 fracción I de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Zacatecas; los artículos 17 fracción I, 25 fracción I, 45 y 48 fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado; 101 fracción III, 102, 103, 104 y 105 de su Reglamento General, presentaron los Diputados María Luisa Sosa de la Torre, Avelardo Morales Rivas, J. Refugio Medina Hernández, José Ma. González Nava, Miguel Alejandro Alonso Reyes, Clemente Velázquez Medellín, Artemio Ultreras Cabral, Jorge Luis Rincón Gómez, Mario Alberto Ramírez Rodríguez y Sebastián Martínez Carrillo, para exhortar al Gobierno Federal a que cancele el Acuerdo por el que se da a conocer el mecanismo de asignación para importar 100 mil toneladas de frijol exentas de pago de aranceles al país.
RESULTANDO SEGUNDO.- Por instrucciones del Presidente de la Mesa Directiva, mediante memorando número 270, de la misma fecha y de conformidad con lo establecido en el artículo 105 fracción II del Reglamento General del Poder Legislativo, la Iniciativa fue turnada a las Comisiones Unidas de Comercialización y Agroindustrias y de Organización de Productores y Ramas de Producción, dejando a su disposición el expediente relativo, para su análisis y dictamen.
Los Iniciantes del Punto de Acuerdo lo sustentaron en la siguiente:
E X P O S I C I Ó N D E M O T I V O S
“La crisis alimentaria que se está registrando a nivel mundial, es resultado de un colapso estructural del funcionamiento de la economía global, que en los últimos años ha sido guiada por las políticas económicas neoliberales dictadas por los organismos financieros multilaterales, quienes han promovido la destrucción de la producción agrícola local y la importación de alimentos por las naciones más pobres. Alrededor del 70 por ciento de los países en desarrollo son ahora importadores netos de alimentos y sus habitantes están enfrentando las consecuencias negativas del desabasto ocasionado por el libre mercado.
México está empezando a sufrir un desabasto generalizado de alimentos de consumo básico, ocasionado por las distorsiones que actualmente está mostrando el mercado internacional y por el mantenimiento de una política de apertura comercial indiscriminada por el gobierno federal, cuyo principal referente es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que ha dejado en el abandono a los productores nacionales, particularmente los pertenecientes al sector agropecuario.
Han sido ya varios años en los que hemos sido testigos del progresivo desmantelamiento del campo mexicano, como consecuencia de políticas públicas equivocadas que han afectado sus activos más importantes, como son el crédito, el seguro agropecuario, la investigación, la asistencia técnica, los sistemas de acopio, almacenamiento y distribución, así como la infraestructura relacionada con la producción y distribución de fertilizantes (Fertimex) y semillas (Pronase).
Ante este escenario, es aventurado pensar que México está preparado para enfrentar la crisis alimentaria que está golpeando de manera particular a los que menos tienen, ya que la dependencia de alimentos básicos por parte de nuestro país es alarmante: 33% en maíz, 65% en trigo, 95% en soya, 72% en arroz y del 25 al 34% en carnes de res, cerdo y pollo. Cómo enfrentar esta crisis si las importaciones y exportaciones de alimentos están en manos de los grandes monopolios y trasnacionales que tienen como único objeto las máximas ganancias.
La respuesta del gobierno federal a esta situación el pasado 25 de mayo, se resumió en una serie de “Acciones en Apoyo a la Economía Familiar”, que en palabras de Felipe Calderón, intentan paliar el grave daño que está sufriendo la economía de los mexicanos que menos tienen, como consecuencia de la inflación y la carestía de los alimentos.
Dentro de las medidas anunciadas, se encuentran algunas que representan una auténtica afrenta a los productores nacionales del campo, como lo son la apertura total del mercado nacional a la importación de maíz, arroz, trigo, sorgo y pasta de soya proveniente de cualquier parte del mundo, así como la reducción a la mitad del impuesto a las compras externas de leche en polvo, y adquisiciones de frijol libres de arancel.
Tenemos que decirlo con todas sus letras: este esquema es un engaño a la sociedad. Porque los inventarios mundiales están restringidos, y los pocos que puede haber, serán muy caros, además de que nuestras importaciones de alimentos provienen en su inmensa mayoría de Estados Unidos y Canadá. Lo que sí puede ocasionar esta apertura indiscriminada, es un debilitamiento aún mayor de la producción nacional ante la competencia extranjera, y un tiro de gracia a la soberanía alimentaria del país a mediano plazo.
No es con este tipo de medidas con las que se va salir de la crisis en los precios de los alimentos, porque la tendencia es a que estos se seguirán incrementando al menos en los próximos cincos años. Por lo que se necesita una política de largo plazo para rescatar el campo y no quedarnos en medidas de coyuntura que no van a resolver las necesidades alimentarias del país. Pero esta nueva política tiene que desmarcarse del dogma neoliberal y apostar a la producción nacional, lo cual implica consolidar un pacto productivo de largo alcance que transforme la política hacia el campo, en el que los ejes centrales sean crédito, financiamiento público, así como controles a los insumos básicos, como gasolina y agroquímicos, a fin de elevar la producción interna e incentivar el mercado interno.
Desafortunadamente la estrategia del gobierno federal dista mucho de ir en este sentido. Conocemos desde el pasado 4 de junio, a través de algunos medios de comunicación nacionales, de la existencia de un anteproyecto de Decreto elaborado por la Secretaría de Economía para el establecimiento de cuotas para la importación de 100 mil toneladas de frijol exentas de pagos de aranceles de cualquier parte del mundo, que se supone buscan garantizar el abasto y un precio accesible al público, en el que el criterio de asignación se hará de manera directa, con lo que a partir del primero de octubre 99% del cupo de importación se asignaría a personas físicas o compañías establecidas en México que hayan solicitado participar en licitaciones públicas establecidas dentro del TLC con Nicaragua o el TLCAN, entre los años 2005-2007.
Es justo en esta fecha cuando sale la principal cosecha del ciclo primavera-verano de frijol en el país en los estados de Zacatecas y Durango, presionando a la baja los precios del frijol de los principales productores temporaleros del país, lo que no necesariamente beneficiará al consumidor nacional, ya que gracias al desmedido acaparamiento e intermediarismo, protagonizado por los mismos comercializadores/acaparadores contemplados como beneficiarios en el anteproyecto de Decreto de la apertura comercial, se seguirá colocando el producto a precios elevados.Además, existe el temor de que esto facilite la importación de frijol de mala calidad y eso a su vez presione aun más a la baja los precios, con la consecuente descapitalización de los productores nacionales, quienes enfrentan mayores costos de producción.
La cantidad de frijol a importar no constituye en sí misma un problema, sino la forma en que se ha diseñado la apertura, y los problemas que esto generará en uno de los sectores más vulnerables de nuestra economía. Más aún, cuando no se ha comercializado buena parte de la cosecha del pasado ciclo primavera-verano acopiada por ASERCA.
La producción nacional de frijol ocupa el segundo lugar por la superficie destinada a esta leguminosa que es de 1.7 millones de hectáreas, a cuya actividad se ocupan alrededor de 300 mil productores, de los cuales el 48 por ciento tienen predios menores a cinco hectáreas. Así mismo, el 87 por ciento de la superficie sembrada es de temporal, es por eso que el frijol es un cultivo altamente dependiente de las condiciones climáticas. Todo ello hace necesario emprender acciones para ayudar a este importante sector del agro mexicano, a encontrar en esta crisis alimentaria una oportunidad para incentivar su producción, y no desestimularla con el dogma de la apertura comercial.
Los principales estados de la República productores de frijol son Zacatecas, Sinaloa y Durango, los cuales en el periodo 1994-2007 aportaron en promedio 54.2% de la producción nacional, y están siendo los más directamente perjudicados por las medidas que está tomando el Ejecutivo Federal, con relación a las adquisiciones libres de arancel para enfrentar la crisis alimentaria. Es por eso indispensable solicitar al gobierno federal que tome en cuenta la opinión, tanto de los gobiernos como de los productores de estos estados sobre las decisiones que está impulsando, con el ánimo de encontrar alternativas al actual diseño de las mismas”.
CONSIDERANDO ÚNICO.- El desarrollo de una Nación, se sustenta entre otros aspectos, en su producción agropecuaria, en la autosuficiencia para producir y allegarse de los satisfactores más elementales para alimentar a su pueblo, cuando no es así, todos sus esfuerzos resultan inútiles por la necesidad de importar los productos básicos para su subsistencia, convirtiendo al campesino en una clase trabajadora al servicio de las naciones productoras y exportadoras de alimentos, lo cual conlleva a un régimen de dependencia económica que inhibe el desarrollo económico pleno y sustentable que el campo mexicano requiere.
El campo mexicano atraviesa por la peor crisis de su historia, en lo económico, social y ambiental, debido a las políticas neoliberales erróneas implementadas por los gobiernos de los últimos tres sexenios; quienes no han valorado al campo en su justa dimensión y no han considerado al sector agropecuario como estratégico para la autosuficiencia alimentaria, generador de empleos dignos y garante de la paz social en el medio rural y del arraigo de las familias campesinas.
En los 14 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio se ha demostrado la catástrofe que ha traído consigo. Las cifras revelan que la apertura acentuó las asimetrías entre los campesinos, pues compiten, un agro empobrecido con otro poderoso y fuertemente subsidiado. En este sentido el Banco Mundial señala que el TLC ya dejó de ser opción de crecimiento para México, y señala la urgencia de revisar dicho acuerdo que está aniquilando al campo mexicano.
El federalismo en el campo no se ha dado a su máxima expresión, los programas federales, por la rigidez en sus normas, limitan el desarrollo propio de la política agropecuaria en las Entidades de acuerdo a sus prioridades y potencialidades regionales. El abandono hacia el campo y la serie de políticas y acuerdos erróneos por parte del Gobierno Federal promete un panorama desolador para 30 millones de campesinos y más de tres millones de productores de maíz, producto que junto con el frijol son los más sensibles por el rezago que arrastran.
En este sentido consideramos que la iniciativa para importar 100 mil toneladas de frijol exentas de pago de aranceles no resuelve el problema de fondo para enfrentar la crisis alimentaria, pues sería una estrategia mediática con la que no se llegaría a encontrar soluciones de fondo al problema. Resulta imperioso que el Gobierno Federal lleve a cabo un mecanismo de administración de las importaciones y exportaciones de granos, la creación de una reserva estratégica de productos básicos que garanticen el abasto nacional, estimulando la producción nacional y determinando las necesidad de importaciones de granos en cantidades adecuadas, pero sin afectar la producción mexicana.
Los efectos de la crisis alimentaria mundial no se solucionarán con programas de esta naturaleza, sino con un replanteamiento de las políticas agropecuarias, pensadas y operadas para los productores nacionales. Se requiere un cambio en el modelo de desarrollo rural, orientado a la producción de alimentos básicos y estratégicos.
México, es de los países más frágiles a la crisis mundial de alimentos, por la dependencia agroalimentaria que tiene en materia de alimentos básicos como maíz, frijol, arroz, trigo, soya, carnes y leche, esta dependencia alimentaria, es el resultado de políticas agropecuarias erróneas, que abandonaron al campo mexicano con el pretexto de que era más barato importar los productos que producirlos. Hoy la realidad nos alcanzó y el panorama del campo es caótico, de modo que la apertura de las fronteras al maíz, el frijol, la leche en polvo y el azúcar ya es sólo el último escalón de la catástrofe del campo mexicano, que se viene a agregar a la catástrofe de la pequeña y mediana industria y comercio.
La importación de granos como el frijol, exentos del pago de aranceles agravará la crisis del modelo dominante de producción y distribución de alimentos, ésto se vera reflejado, en la especulación a gran escala de los alimentos y en el alza injustificada de los precios. Está mas que comprobado, que el modelo impulsado por Estados Unidos, basado en los agronegocios, los agrocombustibles y en la pesca de gran escala, orientados todos a la exportación y para lucro de unos cuantos, ha provocado la gran crisis que vive el campo mexicano y de toda Latinoamérica; urge un cambio de políticas para este sector, que impulse una agricultura campesina, indígena y familiar y pesca artesanal, con su diversidad de sistemas productivos basadas en relaciones de género justas y en la enorme riqueza de conocimientos y prácticas que garanticen la producción de alimentos y el bienestar sostenible de las personas y de la biodiversidad.
Esta Soberanía Popular se pronuncia por la revisión y cancelación del acuerdo por el que se da a conocer el mecanismo de asignación para importar cien mil toneladas de frijol exentas de pagos arancelarios, pues aún es momento de reconsiderar para que Federación y Estados trabajen de manera conjunta en el rescate del agro mexicano.
Por lo anteriormente expuesto y con fundamento además en los artículos 105 y relativos del Reglamento General del Poder Legislativo del Estado, es de acordarse y se acuerda:
ÚNICO.- Esta H. LIX Legislatura, exhorta al Ejecutivo Federal a que cancele el Acuerdo por el que se da a conocer el mecanismo de asignación para importar 100 mil toneladas de frijol exentas de pago de aranceles del país, en tanto no se realice una Mesa de Análisis y Discusión con carácter resolutivo sobre el tema, en la que concurran los Titulares de las Secretarías de Economía y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno Federal; los secretarios responsables del sector agropecuario de los gobiernos de los estados de Zacatecas, Sinaloa y Durango; así como los representantes de las principales organizaciones de productores de frijol de estas tres entidades federativas.
Dado en la Sala de Sesiones de la Quincuagésima Novena Legislatura del Estado, a los veintiún días del mes octubre del año dos mil ocho.
PRESIDENTE
DIP. FELICIANO MONREAL SOLÍS
SECRETARIO
DIP. FRANCISCO ESCOBEDO VILLEGAS
SECRETARIO
DIP. AVELARDO MORALES RIVAS
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